jueves, 11 de abril de 2013

Andá lejos/ Una historia



Llevá  las espinas que tiene cada palabra que te animás a pronunciar. Y llevá contigo también, las palabras que nunca te atreviste a decir.
No me busques en ningún rincón de los vagos recuerdos. Ni siquiera en la grietas del pasado. Ni en la piel de la sombra.
Andá a buscar todo lo que soñás a otro mundo. Con otra atmósfera calcinante. Con otro color de pelo.
No te atrevas a dar una señal desde tus ríos. No pretendas quebrar las dimensiones ya quebradas.
No recuerdes ninguna laguna. No recuerdes ningún domingo. Ningún pueblo. Ningún beso rojo. Ningún silencio. No recuerdes como aparecí y no recuerdes como apareciste.
Olvidá ese hotel con álamos en la vereda. Olvidá la cara del recepcionista y su gentileza forzada. Olvidá la planilla que tuviste que llenar cuando llegaste. Olvidá que mentiste. Olvidá ese momento en que te abrí la puerta de la habitación 105 y ya no pude respirar sola. Olvidá la flor azul que le robaste a la planta de la esquina. (Yo voy a olvidar que la guardé en la página 124 del libro que deberás olvidar que me regalaste).

Olvidá que te miré tan fuerte que la culpa te fracturó los huesos. Olvidá también mis huesos. Olvidá mis besos de menta haciendo estragos en cada centímetro de tu alunada piel. Olvidá que nos reímos hasta deshacernos de amor, para luego volver a hacerlo.
 Olvidá la película que no terminamos de ver. Olvidá que me hiciste conocer una sitiada ciudad de tu mano. Olvidá cada vez que rompiste el silencio para mentirme piadosamente. Olvidá que te robé una foto de lejos. Olvidá los aviones que volaban arriba nuestro. Olvidá que soñamos con bailar. Olvidá también que bailamos en público, ebrios de sol. Olvidá que dormimos abrazados. Olvidá que despertaste, en otra cama, con otra mujer, en otro escenario. Olvidá todas las verdades que te dije. Olvidá que me cantaste una zamba que nombraba la luna y los jazmines. Olvidá la complicidad de nuestras miradas ilegales. Olvidá las coplas del payador perseguido, el viejo Yupanqui, y Don Zitarrosa. Olvidá las huellas negras de mis ojos en tu cara. Olvidá tus ojos verdes instalados en mi ser. Olvidá que caminamos olvidando el presente. Olvidá que tuvimos pasado. Olvidá que alguna vez frenamos la maquina del tiempo. Olvidá tambien que existió un árbol del olvido....

Tendrás tanto para olvidar que es posible que los recuerdos te pinchen mucho mas de lo que me pinchan estas palabras que te recuerdan.

Olvidate que vaya a olvidarme de todo esto.

Antes de hacerte olvido, me atreví a hacerte poema.